Sáb. Oct 5th, 2024

Las ideologías obsesivas procrean acciones compulsivas. La madre que siente que a menos que salude a su hijo cuatro veces mientras él va al colegio, algo malo le ocurrirá, el deseo de un hombre de negocios que debe evitar el desastre, antes de subir en un avión y aclararse la garganta veinte veces, o la niña que logra mantener a sus padres a salvo marchando alrededor de su cama 40 veces antes de dormir son los denominados pensamientos obsesivos frecuentemente tienen el componente de superstición sobre ellos.

En el peor de los casos, las ilusiones son el forraje de ideología obsesiva usual. Qué ocurre si acabo de gritar en cierta reunión formal. Qué si golpeara la silla de esta persona. Qué pasa si haces algo. El error que realiza la gente es dar el salto equivocado.

La imaginación es una espada de doble filo
Cualquier persona con cierto tipo de imaginación a veces lo utilizará mal. Quién no ha temido que el sonido de una ambulancia consiguiera estar en camino para atender a un ser querido, o se haya indagado brevemente sobre saltar desde la cima de una plataforma de tren. Estos pensamientos no se dan porque quieran, sino sencillamente porque logran imaginarlo. Inquietarse por el futuro es una perspectiva para los pensamientos obsesivos e igualmente lo es concentrarse en el pasado, sobre algo que salió mal, seguramente piensas en cómo pudo haber sido diferente.

El pensamiento obsesivo es completamente agotador. Poseer pensamientos obsesivos no hace que alguien se torne loco, pero habitualmente significa que están excesivamente estresados y, a su vez, el estrés desmejora con los pensamientos.

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Detente y busca
La próxima vez que te halles con el mismo pensamiento obsesivo, lo ideal es que te detengas y  busques que lo causa, no dejes que esto permanezca sin respuesta alguna. Pregúntese: Está es mi imaginación laborando horas extras aquí. Lo ideal es escribir el pensamiento mismo. Y seguidamente escriba cuatro contra-pensamientos. Para equilibra el obsesivo.

Sal de ahí
Los pensamientos obsesivos te empapan en una especie de aprieto contraproducente. Cuando emergemos de ese aprieto, nos orientamos en aspectos determinados y derrochamos la conciencia de otras situaciones que nos envuelven.