– La pequeña lleva un año escuchando a través de un solo implante coclear
– Este sábado 25 de febrero se celebra el ‘Día Internacional del Implante Coclear’
– Se cumplen 66 años del primer implante coclear realizado por los médicos franceses Djourno y Eyries en 1957
MADRID, 25 (SERVIMEDIA)
Valentina es una pequeña de tres años que nació prácticamente sorda y a la que colocaron dos implantes cocleares al año de nacer. Recientemente ha protagonizado una campaña de recaudación de fondos en las redes sociales auspiciada por su madre, Noemí, para tratar de financiar uno de los dos dispositivos que llevaba. «Hace casi un año fui a recoger a Valentina a la guardería y me dijeron que la niña había perdido uno de los implantes», recuerda. Desde entonces, sus padres se han esforzado por conseguir un nuevo implante coclear, pero el bajo nivel de renta de la familia no permite hacer frente a este gasto de alrededor de 9.000 euros.
La pequeña nació tras un parto complicado: hipertensión pulmonar, septicemia, un soplo en el corazón y un derrame cerebral. «Recientemente los médicos nos han dicho que la niña podría presentar un Trastorno del Espectro Autista, pero ya nos han confirmado que no tiene nada que ver con su sordera», asegura la madre de Valentina en una entrevista a Servimedia. Cuando la niña cumplió un año, los médicos tuvieron que prescindir de la poca capacidad de audición que tenía (un 10% en un oído y un 20% en el otro) en una doble intervención quirúrgica para colocarle sendos implantes cocleares.
QUÉ ES UN IMPLANTE COCLEAR
Un implante coclear es un aparato electrónico que simular una sensación de sonido a una persona profundamente sorda o que tiene problemas graves de audición. Estos dispositivos reproducen el sonido de un modo artificial. Noemí asegura que el cambio de la pequeña fue espectacular.
«Al principio Valentina se asustaba al escuchar su voz porque no la reconocía y lloraba, pero luego se adaptó rápidamente». La niña aprendió a imitar el sonido de algunos animales, a intentar decir hola y mamá «hasta que en marzo del pasado año perdió uno de los implantes en la guardería y por más que lo hemos buscado no ha habido suerte», se lamenta la madre.
Valentina estuvo más diez meses escuchando a través de un solo aparato y para mayor desgracia en la víspera de Navidad la pequeña tiró accidentalmente del único implante que le quedaba y se rompió. En ese momento, volvió a quedar atrapada en el silencio. Noemí recuerda que la niña se puso «muy triste porque era muy difícil para ella entender que antes oía y después no». «Incluso nos llamaron del colegio para decirnos que Valentina estaba más agresiva con sus compañeros». Tras unos días de sordera absoluta, sus padres arreglaron el implante y una vez colocado la menor sorprendió a todos «con una mezcla de ataque de llanto y risas como muestra de agradecimiento», recuerda emocionada Noemí.
«De momento no habla casi nada, le está costando mucho porque no es lo mismo oír a través de un aparato que de los dos». Pese a todo la niña hace pequeños avances gracias al servicio de Atención Temprana que recibe en su colegio de educación especial para alumnos con discapacidad auditiva y, como subraya Noemí, «gracias a que estoy yo todo el día encima de ella estimulándola a través de juegos».
Ha transcurrido un año desde que perdió uno de sus implantes, pero la historia de esta niña gaditana sigue cosechando grano a grano, en una conocida plataforma de recaudación de fondos, el interés y los recursos económicos para poder sufragar en un futuro la compra de un nuevo implante coclear.
POCO Y MAL INFORMADOS
Valentina es una más de las 22.000 personas implantadas con pérdida auditiva profunda censadas en España, según los datos extraídos del primer ‘Libro blanco sobre los implantes cocleares en adultos y ancianos’, presentado esta semana en la Comisión de Sanidad del Congreso de los Diputados.
Este documento elaborado por expertos médicos y asociaciones de usuarios y sus familias pretende mostrar la incidencia de la discapacidad auditiva en el sistema sanitario y las ventajas que implica una temprana detección. Según dicho informe, más de 267.000 españoles presentan hipoacusia severa, de los cuales menos de un 10% recibe información sobre implantes cocleares.
A lo largo de su intervención en dicho acto, el presidente de la Confederación Española de Familias de Personas Sordas (Fiapas), José Luis Aedo, subrayó que «invertir en una buena atención auditiva puede mejorar el impacto de la pérdida de audición y el deterioro cognitivo y, por lo tanto, reducir la carga financiera en los sistemas de salud y el impacto en las personas y sus familias».
En la misma línea se manifestó en declaraciones a Servimedia el presidente de la Federación de Implantados Cocleares de España (AICE), Joan Zamora, que señaló los beneficios del implante coclear, que «retrasa la aparición de algunos tipos de enfermedades cognitivas». «Solo por el puro egoísmo económico de saber que se puede retrasar la aparición del alzhéimer un año y medio creo que pagaríamos cualquier tipo de implante». Zamora subrayó además que «tan solo un 5,2% de la población con sordera profunda (los potenciales candidatos a un implante coclear) llegan a la intervención, en parte, por miedo y desinformación».
Joan Zamora recordó además «cómo a principios de la década de los 90 a los niños que llevaban un implante no les permitían salir al recreo por miedo a perderlo y, claro, nadie se quería operar». Afortunadamente esto ya no sucede y los pequeños como Valentina juegan en el patio ajenos a este dispositivo. Eso sí, las compañías aseguradoras no cubren la pérdida de los implantes cocleares, y la administración solo suministrará uno nuevo a las familias una vez hayan transcurrido siete años siempre y cuando el aparato se encuentre en un estado irreparable.
No en vano, los últimos modelos llevan incorporado un sistema de geolocalización para poder localizarlos en caso de extravío. Precisamente, en opinión del presidente de Fiapas, José Luis Aedo, «uno de los motivos que influyen en el uso limitado de los implantes cocleares son los insuficientes recursos públicos». Asimismo, señaló que en muchas comunidades autónomas existe «una falta de homogeneidad en la aplicación de criterios para la selección de pacientes que deberían recibir estos implantes».