MADRID, 04 (SERVIMEDIA)

El 44,2% de las organizaciones que componen el Tercer Sector no está digitalizada y el 19,14% de ellas no se plantea estarlo. Del mismo modo, el 43% señala que la renuencia de sus empleados es el principal obstáculo para dar el salto tecnológico.

Estas fueron algunas de las conclusiones que se pusieron de manifiesto este miércoles durante la presentación del Libro Blanco de la Transformación Digital, una publicación, elaborada por la Fundación Telefónica, que nace con la vocación de fortalecer digitalmente a las entidades sociales e incrementar su impacto en un contexto social marcado por la revolución tecnológica.

El acto, celebrado en el espacio de la Fundación Telefónica en Madrid, contó la participación de la portavoz del Gobierno y ministra de Política Territorial, Isabel Rodríguez; el presidente de la Plataforma del Tercer Sector, Luciano Poyato; el presidente de Telefónica España, Emilio Gayo; la directora general de Fundación Telefónica, Carmen Morenés; el director de acción social y voluntariado de Fundación Telefónica, Carlos Palacios; y distintos representantes de CaixaBank, la Fundación Botín y Cruz Roja Española.

Durante su intervención, Luciano Poyato puso de manifiesto que el 44,2% de las organizaciones del Tercer Sector no dispone de una estrategia de digitalización, mientras que un 19,14% de ellas ni plantea contar con ella, lo que le sirvió para apelar a la necesidad de construir una cultura de lo tecnológico en su seno.

Consideró que la digitalización ha de ser un vector fundamental a partir del cual el Tercer Sector sea capaz de reforzar los servicios sociales y de luchar contra la desigualdad.

Del mismo modo, Isabel Rodríguez arguyó que la brecha digital es una preocupación del Gobierno para cuya desaparición se han puesto en marcha una serie de medidas que enumeró.

Por su parte, Carmen Morenés ensalzó al Tercer Sector por haberse adaptado a un «ritmo vertiginoso» a las dificultades derivadas de la pandemia. A pesar de ello, expuso que las organizaciones que lo componen sufren una brecha digital de cinco años en comparación con el sector privado como consecuencia de la «falta de talento tecnológico», la «escasez de recursos» y la «ausencia de una estrategia» digitalizadora.

En ese sentido, avanzó que para adaptarse al entorno digital el Tercer Sector ha de auspiciar un «trabajo colaborativo y en red», debe aprovechar el camino abierto por otros en esta cuestión y tiene que desarrollar la capacidad de captar recursos externos.

Carmen Morenés señaló que las organizaciones del Tercer Sector han de configurarse como un actor esencial para contrarrestar las desventajas causadas por la brecha digital dimanante del propio desarrollo tecnológico.

A su vez, Carlos Palacios indicó que, «si la digitalización no entra en el día a día» de las entidades sociales, «se pierden oportunidad y sinergias», sin contar con el sobrecoste económico que comporta para su normal funcionamiento.

Por ello, llamó al Tercer Sector a concentrar sus esfuerzos en conseguir que el 43% de sus empleados que rehúyen de cualquier entorno digitalizador cambien de opinión.

Por último, Emilio Gayo advirtió de que la digitalización mal entendida puede ser el germen de la destrucción de riqueza y de puestos de trabajo, por lo que instó a las organizaciones sociales a «ser inteligentes» y a actuar con «urgencia, pero sin prisa», para aprovechar la parte positiva inherente a este proceso.